El remedio homeopático, doscientos años después de su descubrimiento por Samuel Hahnemann, es, aún hoy, un misterio urticante para muchos científicos, ya sean físicos, químicos, ingenieros o médicos pues, por ser ajeno a sus códigos, les resulta incomprensible y, en consecuencia, incurren en el serio error de desconocer y negar una terapéutica, irremplazable para muchos enfermos, simplemente porque no comulga con sus "cánones científicos". En consecuencia, no pueden admitir el hecho de que el agua, a partir de un proceso de diluciones sucesivas, efectuadas en la escala decimal o centesimal, sobre la base de una sustancia determinada y complementada con la dinamización correspondiente a cada dilución, se pueda transformar en un remedio con indicaciones terapéuticas definidas y exclusivas.
A pesar de tantos detractores, la homeopatía es, para el ser humano, una sólida realidad como medicina integral y básicamente diferente, de fácil demostración clínica, que cuenta con el aval de dos siglos de existencia y ser cada día más universal y reconocida. En referencia a su bibliografía, los libros de Samuel Hahnemann y sus discípulos no son actualmente curiosidades históricas como ocurre con los textos de las disciplinas científicas contemporáneas, sino que, por el contrario, permanecen plenamente vigentes y, en consecuencia, resultan indispensables para la enseñanza y la práctica de esta medicina, cuyos conceptos clínicos y terapéuticos, paradojalmente, están a la vanguardia como tratamiento curativo de muy conocidos problemas crónicos, para los que la medicina oficial solo cuenta con recursos paliativos. Difícil es hallar en la historia de los descubrimientos un ejemplo de las características y trascendencia que ha logrado la homeopatía, a pesar de errores conceptuales que la medicina oficial le opone en nombre de la ciencia, prescindiendo de su correspondiente evaluación clínica, que es ineludible y fundamental , como le corresponde, en medicina, a todo hecho que sea observable y repetible.
Es de suponer que quien logre descifrar el misterio que encierra el remedio homeopático, un verdadero enigma y desafio para los científicos, será un seguro candidato al premio Nobel.
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