¿QUÉ ES LA HOMEOPATÍA?

La homeopatía (del griego homoios, semejante y pathos, sufrimiento) es un método terapéutico basado en la Ley de la Semejanza. Esto significa que emplea como medicamentos sustancias que experimentalmente hayan producido en las personas sanas síntomas similares a los que padecen los enfermos. Así, al experimentar en sí mismo con la quina, Hahnemann (padre de la homeopatía) descubrió que le ocasionaba fiebre junto con dolores de cabeza, escalofríos y toda una serie de molestias muy semejantes a los síntomas característicos de la fiebre palúdica, para cuyo tratamiento se la indicaba habitualmente. La sustancia elegida para ser investigada como remedio homeopático se prepara mediante la técnica de la dinamización hahnemanniana, que consiste en efectuar sucesivas diluciones, junto con la  agitación o sucusion de la misma, con el fin de poner de manifiesto sus insospechadas características latentes que, a su vez, se manifiestan en los experimentadores en forma de síntomas, los cuales constituyen su poder curativo como remedio homeopático. La existencia de esta posibilidad latente, de generar síntomas a través de la dinamización homeopática experimental de la materia, fue el gran descubrimiento de Hahnemann, a partir de la experimentación en su persona con la quina. Debemos tener en consideración, que la técnica de las diluciones progresivas cumplía, en principio, una doble función, pues además de ser parte de la técnica de la dinamización  en sí misma, permitía a los investigadores evitar los posibles  efectos tóxicos de algunas sustancias a investigar. Finalmente, es así como Hahnemann fue descubriendo que, a medida que se incrementaba el número de las diluciones dinamizadas, surgía en los experimentadores una diversidad de síntomas tanto físicos como psíquicos sorprendentes y muchos exclusivos para una determinada sustancia. La teoría homeopática que se estaba gestando gracias a  la  intuición de Hahnemann dispuso entonces del instrumento terapéutico, o sea el remedio, que le era imprescindible para hacer realidad la curación según la Ley de la Semejanza, piedra basal de la homeopatía.. Tanto el principio de la curación por el semejante (similia similibus curentur), como el de la curación por el contrario (contraria contrariis curantur) fueron originalmente enunciados por Hipócrates (430-360 a. C.): “Los contrarios son curados por los contrarios. La enfermedad es producida por los semejantes, y por los semejantes que es necesario tomar, el paciente vuelve de la enfermedad a la salud… la fiebre es suprimida por aquello que la produce, y producida por lo que la suprime. De este modo, de dos maneras opuestas, la salud se restablece”. La Ley de la Semejanza fue abandonada más tarde por Galeno (138-201), quien, lamentablemente, adoptó como base exclusiva de la terapéutica la Ley de los Contrarios, y ésta fue, desde entonces, ley fundamental de la medicina oficial. A partir de 1790 y luego de su experiencia con la quina, Hahnemann plenamente consciente de la importancia que podía llegar a tener su descubrimiento, decidió profundizar sus investigaciones y llegó así a experimentar en sí mismo sesenta y cuatro sustancias diferentes, a las que describe, en su tratado de Materia Médica Pura, con extraordinaria minuciosidad  según  los síntomas observados con las diferentes diluciones homeopáticas de las mismas.  La  correlación de la salud con un estado de armonía de nuestra energía vital es, por cierto, un concepto elemental de la doctrina homeopática, que requiere para su correcta aplicación del máximo respeto de todos los síntomas, a fin de cumplir con la Ley de la Semejanza, SIMILIA SIMILIBUS CURENTUR